La banca electrónica

Con la aparición de Internet, hemos entrado de lleno en lo que se denomina la era de las comunicaciones.

Si siempre se ha dicho que quien tiene la información tiene el poder, podemos decir que Internet ha democratizado la sociedad en tanto en cuanto es un medio de reparto equitativo de la información. Eso sí, también reparte la desinformación, las leyendas y los bulos.

Pero quedándonos en la parte positiva, Internet ha sido fundamental para el desarrollo de las economías: desde dar a conocer y vender los productos a todo el mundo, hasta hacer llegar imágenes y documentos al instante, etc. Esto ha provocado que se gane productividad, al ahorrar tiempo en gestiones que antes eran más engorrosas.

La banca, por supuesto, no ha sido ajena a esta revolución de la información. Por una parte, ha abaratado los costes de su gestión interna, al ser más rápido y barato mover información, y por otra parte ha ahorrado horas de trabajo de sus empleados al existir ahora gran cantidad de trámites que los clientes realizan por Internet. Por tanto, Internet genera unos beneficios adicionales al sistema bancario porque incrementa su productividad y baja sus costes de gestión.

¿Es ventajosa la banca electrónica?

Pero, desde el punto de vista del consumidor de productos bancario, ¿es ventajosa la banca electrónica?

Podemos decir que para un cliente, el hecho de poder hacer casi todas las gestiones a través de Internet es un aspecto muy positivo. ¿Quién no ha pasado horas de espera en un banco, o ha perdido toda la mañana realizando gestiones bancarias?

Internet logra que aquello de ir de bancos pase a la historia. Desde casa, desde nuestro trabajo o desde cualquier sitio (ya hay Internet móvil, y banca electrónica a través del teléfono móvil) podemos realizar ya todos los trámites que antes requerían nuestra presencia o, como mínimo, una llamada al banco. Abrir cuentas, tenerlas controladas, hacer transferencias y traspasos, pagar o devolver recibos, pagar impuestos, solicitar, activar y desactivar tarjetas, hacer inversiones, crear planes de pensiones, contratar seguros, contratar bienes en renting,y un largo etcétera, así como una serie de herramientas para gestionar nuestro dinero y saber nuestra posición real. Todo ello es posible desde un ordenador o un móvil.

La persona que puede hacer todas estas gestiones desde Internet, ahorrará muchas horas al año respecto a aquella que acude al banco para llevarlas a cabo. Estas horas se traducen en un ahorro económico directo en muchos casos (empresas). Y además del ahorro de tiempo, la comodidad que supone controlar nuestras finanzas sin desplazarnos también hay que valorarla.

De todas formas, al menos una vez habrá que acudir a la entidad bancaria para crear una firma digital autorizada que nos permita operar a distancia en el futuro.
Otra ventaja para el usuario es que la banca electrónica, a diferencia de las oficinas, no está sujeta a horarios, pues está disponible las 24 horas del día, los 365 días del año y desde cualquier parte del mundo a costes reducidos.

Pero a modo de reflexión, también es cierto que el tener trato con el personal de nuestra oficina bancaria habitual puede resultar conveniente. Habrá ocasiones en las que tengamos que negociar asuntos concretos que necesiten de la complicidad del empleado. Por tanto, mantener buenas relaciones con los cajeros, interventores y directores de la entidad y que estos nos conozcan, además de que sepan nuestros datos económicos y nuestro nivel de solvencia, es algo que tampoco debemos descuidar.

Inconvenientes que puede suponer el operar por Internet

En cuanto a los inconvenientes que puede suponer el operar por Internet, podemos decir que se pierde la atención personalizada y las funciones de asesoramiento financiero que se realizan en una oficina.

Además, la banca electrónica puede parecerle a muchos usuarios tradicionales más insegura. Hemos de decir que la mayoría de entidades tienen grandes medidas de seguridad para evitar el acceso a los datos del cliente y para garantizar la salvedad de los depósitos. Aún así, siempre habrá problemas con los delincuentes, pero ¿no roban acaso dinero en las oficinas bancarias o al salir de ellas, o en los cajeros? Comentamos en defensa de los bancos que algunos ofrecen gratuitamente un servicio que supone la anulación de todas las operaciones fraudulentas que hayamos podido sufrir siempre que lo comuniquemos en un plazo determinado, que puede ser 48 horas, lo que nos debería dar cierta tranquilidad.

En definitiva, la banca electrónica ahorra al cliente tiempo en desplazamientos y gestiones, y ofrece control y operatividad las 24 horas del día desde cualquier parte del mundo.